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Thalía Lagunas, una funcionaria incómoda para Claudia Sheinbaum

Foto: Especial

JORGE TORRES

31/07/2024

La exoficial Mayor de Hacienda y subsecretaria de la Función Pública, Thalía Lagunas, se ha convertido en una funcionaria muy incómoda para la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien ha anunciado una rigurosa política anticorrupción desde su gobierno cuando asuma la Presidencia de la República.

En la Secretaría de la Función Pública es un secreto a voces que Lagunas ha tendido mantos de protección a funcionarios del sistema de Salud encargados de las redes de suministro de medicamentos e insumos médicos.

Lagunas ha creado un feudo en la SFP por encima de Roberto Salcedo Aquino, un funcionario que asumió la titularidad de la dependencia pero que decidió jugar un papel menor en el principal órgano anticorrupción del gobierno, dejando las decisiones de primer orden a la subsecretaria.

Las redes de protección de Thalía Lagunas en este sexenio se han extendido al Instituto Mexicano del Seguro Social y al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, en donde Pedro Zenteno, ex director del ISSSTE y diputado federal electo por Morena, y Zoé Robledo, director del IMSS, han gozado de la condescendencia de la funcionaria para manipular licitaciones y controlar a su antojo la compra de medicamentos.

La subsecretaria ha dejado pasar observaciones de irregularidades en compras de medicamentos del Seguro Social, y ha permitido que se manipulen los procesos de licitación pública para beneficiar a farmacéuticas consentidas del director del IMSS, Zoé Robledo.

De acuerdo con documentos internos de la Secretaría de la Función Pública, Thalía Lagunas encubrió en marzo pasado al director del IMSS, que adjudicó de manera directa un contrato de más de mil 500 millones de pesos para favorecer a la farmacéutica alemana Boehringer.

El daño al erario por la manipulación de esta licitación habría sido de más de 740 millones de pesos, de acuerdo con el expediente, pues se ignoró la oferta de AstraZeneca, que pedía por el mismo lote de medicamentos 820 millones de pesos.

Thalía Lagunas tuvo en sus manos el oficio donde le informaban de las irregularidades y la investigación de mercado que evidenciaba el sobreprecio de Boehringer y autorizó una compra de medicamentos que registraba un sobreprecio de más de 740 millones de pesos a petición del director del IMSS.

El manto de protección de la subsecretaria de la Función Pública se deja sentir también en el ISSSTE, en donde la subcoordinadora de la Jefatura de Servicios del Sistema de Control y Regulación de Abasto del instituto, Heriberta Flores Hernández, mantiene inmunidad no obstante los señalamientos de corrupción que hace la propia SFP y el Tribunal Federal de Justicia Administrativa.

Thalía Lagunas le ha dado juego a Flores Hernández, una pieza clave en la compra de medicamentos en el ISSSTE desde la administración de Pedro Zenteno, y no le ha importado que pesen sobre ella denuncias de colusión con una farmacéutica en donde su hijo es el encargado de firmar los contratos de la empresa con el sector público.

Ese mismo manto de protección cubrió al exdirector de administración y finanzas de Birmex, Raúl García, el operador de Pedro Zenteno cuando fue director de esa dependencia. Este par de funcionarios se vieron envueltos en un escándalo por la compra a sobreprecio de un lote de sedantes que se echaron a perder y que fueron recientemente destruidos por Birmex.

La negligencia costó al erario mil 68 millones de pesos, y sin embargo, tanto Raúl García como Pedro Zenteno, disfrutan de la impunidad que les da la relación con la poderosa funcionaria, quien todavía hace poco insistía en pagar los 500 millones de pesos que quedaron pendientes por el fraude de los sedantes.