La desaparición de Coneval pone en riesgo la medición de la pobreza
27/11/2024
La reciente decisión de la Cámara de Diputados de desaparecer al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) representa un desafío crítico para la medición de la pobreza y la evaluación de las políticas sociales en México. Este organismo, con casi dos décadas de trabajo, ha sido un pilar para la elaboración de políticas públicas basadas en evidencia, proporcionando cifras confiables y análisis técnicos que han servido de brújula para los programas sociales y el ejercicio del presupuesto en zonas prioritarias.
La postura del Coneval, expresada en su comunicado del 21 de noviembre, subraya un punto esencial: la credibilidad y la confiabilidad en la medición de la pobreza no solo son cuestiones técnicas, sino también políticas. Garantizar la calidad de esta información es fundamental para el diseño de políticas públicas que atiendan las necesidades más apremiantes de la población. Desmantelar este organismo, sin un plan claro para preservar sus funciones y metodologías, implica un grave retroceso en la capacidad del Estado para cumplir con su mandato de garantizar los derechos sociales.
El argumento de que las funciones del Coneval podrían trasladarse a otras instituciones como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) o integrarse al Ejecutivo, carece de sustento práctico. La autonomía técnica del Coneval ha sido clave para su legitimidad. Este modelo de gobernanza ha permitido que las mediciones y evaluaciones sean percibidas como objetivas, alejadas de intereses políticos o partidistas. Perder esta independencia, incluso con un compromiso declarado de continuidad, pone en riesgo la confianza ciudadana en los datos y las decisiones de política social que de ellos se derivan.
La desaparición del Coneval plantea serias implicaciones laborales para sus cerca de 200 trabajadores, quienes han desarrollado sistemas, metodologías y herramientas que no son fácilmente replicables. Ignorar la experiencia acumulada de estos especialistas subestima el valor del conocimiento institucional que se ha forjado en casi 20 años de trabajo.
El Coneval también ha advertido que la transición no considera plazos, presupuestos ni mecanismos adecuados para garantizar la continuidad de proyectos clave, como la medición multidimensional de la pobreza 2024 o los datos necesarios para la asignación de los fondos del Ramo 33 en 2025. Estos insumos son cruciales para el desarrollo de estrategias focalizadas y el uso eficiente de los recursos públicos.
Es imperativo que el Senado de la República, al revisar este dictamen, adopte una postura que priorice la preservación de la autonomía técnica e independencia operativa en cualquier esquema futuro. Si bien es válido reflexionar sobre la estructura administrativa del Estado, desmantelar organismos sin salvaguardas claras genera más incertidumbre que beneficios.
La lucha contra la pobreza no debe politizarse ni tratarse como un tema meramente administrativo. Los derechos sociales de las y los mexicanos demandan un sistema sólido de medición y evaluación, capaz de informar políticas públicas efectivas. Proteger la esencia y misión del Coneval es proteger el derecho a una vida digna para millones de personas. Editorial/El Post