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Donald Trump regresa a la Casa Blanca en un país profundamente dividido

06/11/2024


El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, tras un periodo tumultuoso en el que los demócratas ocuparon el poder con el liderazgo de Joe Biden y Kamala Harris, ha reabierto viejas heridas en una nación que parece cada vez más polarizada. Su victoria representa un rechazo a la gestión de Biden y a una administración que, para muchos, no logró ofrecer las respuestas que prometió a los problemas económicos y de seguridad. Trump logró captar a un electorado desesperado por un cambio radical, sin embargo, su regreso plantea profundas interrogantes sobre el futuro de la democracia y el rumbo de Estados Unidos en la escena global.

La victoria de Trump se cimentó en un electorado que, según una encuesta de AP VoteCast, mostró un deseo de transformación en el sistema de gobierno. De los más de 120,000 votantes encuestados, alrededor de un tercio expresó un anhelo de revolución en la forma de gobernar, mientras que más de la mitad indicó que buscaba un cambio más profundo. Este descontento proviene, en gran medida, de una percepción de declive económico y falta de soluciones efectivas para el ciudadano promedio. La inflación, la precariedad laboral y el elevado costo de la vida generaron un clima de frustración que aprovechó la campaña de Trump.

Fue la economía, estúpido
Con una inflación que alcanzó un máximo en décadas en 2022 y costos elevados de alimentos, atención médica, vivienda y gasolina, la situación económica se tornó insostenible para una buena parte del electorado. En los estados decisivos como Pensilvania y Wisconsin, los votantes priorizaron la economía y la aplicación de políticas migratorias más estrictas, temas que Trump manejó con un enfoque radical que resonó en estos sectores.

Entre la población joven y las minorías, especialmente los votantes negros y latinos, la economía fue un tema decisivo. Trump consiguió una mejora en su apoyo entre estos grupos en comparación con las elecciones de 2020, aunque la mayoría de ellos optó por Kamala Harris. La desilusión económica fue especialmente evidente entre los votantes menores de 30 años: tres cuartas partes de ellos creían que el país iba en la dirección equivocada y casi un tercio expresó el deseo de un cambio total en la administración. Esta insatisfacción hizo que, por primera vez, Trump lograra ganar un apoyo modesto pero muy importante entre los votantes jóvenes, un sector en el que históricamente había tenido menor impacto.

También la inmigración fue un factor de cambio
El enfoque duro de Trump en materia de inmigración también atrajo a una amplia porción de votantes que buscaban una postura más estricta. Según AP VoteCast, aproximadamente cuatro de cada diez votantes apoyaban la deportación de inmigrantes indocumentados, una cifra que aumentó en comparación con las elecciones anteriores. La preocupación por el aumento de cruces ilegales en la frontera sur y la percepción de que esto contribuía al crimen impulsaron a estos votantes a respaldar las propuestas del candidato republicano.

No obstante, el tema de inmigración también puso en evidencia la polarización de Estados Unidos. Aunque muchos votantes de Trump apoyaban medidas duras, la mayoría seguía considerando la posibilidad de que los inmigrantes indocumentados pudieran optar a un estatus legal, aunque en menor proporción que en 2020. Este cambio subraya un país dividido en cuestiones clave de derechos humanos y cohesión social.

El regreso a casa en la política exterior
La victoria de Trump marca una potencial reorientación en la política exterior estadounidense hacia una postura más aislacionista. Durante su campaña, Trump se mostró crítico de compromisos tradicionales como el apoyo a la OTAN y propuso aumentos arancelarios tanto para aliados como para competidores. Esta visión menos intervencionista fue compartida por un gran número de votantes: alrededor del 40% deseaba que Estados Unidos asumiera un papel menos activo en la resolución de conflictos globales, un aumento con respecto al 30% que apoyaba esta postura en 2020.

Sin embargo, los votantes de Trump también demostraron límites en cuanto a su aislamiento: la mayoría apoyaba continuar con la ayuda a Israel en su conflicto con Hamas y Hezbollah. Este apoyo resalta la complejidad de la política exterior estadounidense en la era de Trump, que, aunque busca restringir la intervención en ciertos contextos, deberá mantener el compromiso con aliados estratégicos en momentos de conflicto.

Una mirada al futuro
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca plantea múltiples desafíos para la democracia estadounidense. Sus críticos, incluidos muchos de sus propios votantes, señalan que su estilo de liderazgo podría poner en peligro los valores democráticos y acercar al país a un modelo de gobierno más autoritario.

Además, muchos de los votantes que apoyaron a Trump admitieron que no confían plenamente en su honestidad ni en su integridad moral, pero eligieron darle una nueva oportunidad debido a la falta de alternativas viables. Este dilema muestra la profunda división y el desencanto del electorado estadounidense, que, aunque apoya a Trump en busca de soluciones inmediatas, es consciente de los riesgos a largo plazo que puede representar su mandato.

El retorno de Donald Trump refleja el estado crítico en el que se encuentra Estados Unidos, con una economía frágil, una población dividida en temas fundamentales como inmigración y democracia, y una política exterior que vira hacia el aislacionismo. La promesa de Trump de hacer de Estados Unidos una nación “más fuerte y próspera” será puesta a prueba, mientras millones de votantes, tanto sus partidarios como sus detractores, observan de cerca el curso que tomará la nación bajo su liderazgo. /El Post