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Premio Nobel de Economía 2024: La desigualdad y el papel de las instituciones en el desarrollo

14/10/2024

El Post.- El Premio Nobel de Economía 2024 ha sido otorgado a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson por sus investigaciones que explican por qué los países con instituciones deficientes y un pobre Estado de derecho no logran un crecimiento económico sostenible. Estos tres economistas han brindado una comprensión más profunda de las causas que explican el éxito o el fracaso de los países, con un enfoque particular en la importancia de las instituciones sociales.

El comité del Nobel, al anunciar el galardón en Estocolmo, destacó que los laureados “han demostrado la importancia de las instituciones sociales para la prosperidad de un país”. Este reconocimiento llega en un momento en el que la desigualdad global sigue siendo uno de los desafíos más apremiantes del mundo, y sus investigaciones ofrecen respuestas fundamentales a las preguntas sobre las enormes diferencias de ingresos entre países.

El valor de las instituciones democráticas
Acemoglu, Johnson y Robinson han demostrado a través de sus estudios que las sociedades con instituciones explotadoras y un débil Estado de derecho enfrentan grandes dificultades para generar crecimiento económico sostenible. En palabras de Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio en Ciencias Económicas, los galardonados han resaltado que reducir estas disparidades requiere fortalecer las instituciones sociales, ya que son la clave para un desarrollo económico inclusivo y duradero.

Uno de los trabajos más influyentes de Acemoglu y Robinson es el libro “Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza”, publicado en 2012. En esta obra, los autores exploran cómo las instituciones políticas y económicas pueden ser la raíz de la desigualdad entre naciones. Utilizan el ejemplo de la ciudad de Nogales, dividida por la frontera entre Estados Unidos y México, para mostrar cómo, a pesar de compartir el mismo clima y cultura, el lado estadounidense es próspero gracias a sus instituciones inclusivas, mientras que el lado mexicano enfrenta pobreza y violencia debido a la corrupción y la falta de garantía en los derechos.

¿Por qué algunas naciones prosperan y otras no?
Las investigaciones premiadas en el Nobel de Economía de este año resaltan que el éxito de un país no depende únicamente de su geografía o recursos naturales, sino, fundamentalmente, de sus instituciones. Países con instituciones inclusivas, que protegen los derechos de propiedad y promueven la participación democrática, tienden a generar crecimiento económico sostenible y una mayor igualdad de oportunidades.

El comité del Nobel enfatizó que la investigación de los laureados ha servido para comprender por qué algunos países no logran despegar económicamente, y sus conclusiones han sido la clave para los encargados de formular políticas públicas. La obra de Acemoglu, Johnson y Robinson demuestra que las instituciones no solo son importantes para el crecimiento económico a corto plazo, sino también para el desarrollo a largo plazo y la estabilidad social.

Reflexiones sobre los desafíos actuales
Tras recibir la noticia de su reconocimiento, Acemoglu expresó su sorpresa y afirmó que este premio subraya la importancia de las instituciones democráticas. Sin embargo, también advirtió que la democracia no es una solución fácil ni rápida. “Introducir la democracia es muy difícil. A veces, al introducir elecciones, esto puede crear conflictos”, comentó en una llamada telefónica con el comité del Nobel.

Acemoglu también abordó la cuestión del crecimiento económico en regímenes autoritarios, como China, y señaló que aunque estos países pueden experimentar un crecimiento a corto plazo, tendrán dificultades para lograr innovaciones sostenibles a largo plazo sin instituciones inclusivas que permitan una mayor participación y protección de los derechos.

En un contexto donde las democracias están bajo presión en diversas partes del mundo, incluidos Estados Unidos y Europa, Acemoglu expresó su preocupación por la pérdida de confianza en estas instituciones. “Las democracias tienen malos resultados cuando la población percibe que no funcionan”, señaló, subrayando la necesidad de mejorar la gobernanza para recuperar la confianza ciudadana y, con ello, su estabilidad y prosperidad a largo plazo.

El futuro del estudio sobre desigualdad y desarrollo
El Premio Nobel de Economía 2024 es un gran impulso en el estudio sobre la desigualdad global y el papel que juegan las instituciones en el desarrollo económico. A medida que el mundo enfrenta crecientes tensiones entre el autoritarismo y la democracia, la investigación de Acemoglu, Johnson y Robinson ofrece un faro de esperanza al demostrar que, con instituciones sólidas e inclusivas, es posible reducir las enormes disparidades entre las naciones.

Este galardón es un recordatorio de que los desafíos globales, como la desigualdad y la gobernanza, requieren una comprensión profunda de los factores institucionales subyacentes. Las investigaciones de estos economistas no solo ayudan a explicar por qué algunos países fracasan, sino también cómo pueden encontrar el camino hacia un crecimiento más equitativo y sostenido.