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El dilema de la Fed: ¿es tiempo de recortar las tasas de Interés?

Foto: Especial

23/08/2024

Con la inflación moderándose y el mercado laboral en la mira, la Reserva Federal (Fed) enfrenta una de las decisiones más importante en su historia reciente: ¿es el momento adecuado para comenzar a recortar las tasas de interés? En el contexto previo a la reunión anual de banqueros centrales en Jackson Hole, Wyoming, esta cuestión ha generado un intenso debate entre los responsables de política monetaria. El impacto de esta decisión no solo afectará a Estados Unidos, sino que también podría tener repercusiones globales, especialmente en economías emergentes que dependen del flujo de capital internacional.

El reciente discurso de Susan Collins, presidenta de la Fed de Boston, ofrece una perspectiva más clara de hacia dónde podría inclinarse la balanza. Collins ha señalado que, con la inflación bajo control en niveles cercanos al 2.5 por ciento y un mercado laboral relativamente saludable, es “apropiado empezar a relajar pronto”. Su postura sugiere que los recortes de tasas deberían ser graduales y metódicos, una señal de que la Fed está buscando un aterrizaje suave para la economía. Esta visión de recortes anticipados contrasta con la posición más cautelosa de otros miembros de la Fed, como Jeff Schmid, presidente de la Fed de Kansas City, quien aboga por esperar a más datos antes de tomar decisiones precipitadas.

El dilema de la Fed radica en balancear dos fuerzas económicas fundamentales: la inflación y el empleo en Estados Unidos. Por un lado, la inflación ha descendido desde sus picos pandémicos, ubicándose en julio en un 2.5 por ciento según el índice de precios de los gastos de consumo personal, un indicio alentador de que las políticas de endurecimiento monetario han tenido éxito. Por otro lado, el mercado laboral, aunque todavía sólido, ha mostrado signos de debilidad, con un aumento en la tasa de desempleo del 4.3 por ciento en julio.

El enfoque gradual que Collins propone parece sensato, dado que una reducción abrupta de las tasas podría reactivar presiones inflacionarias o desestabilizar los avances logrados hasta ahora. Sin embargo, la incertidumbre que rodea el comportamiento del mercado laboral es una razón válida para la cautela. Para la Fed, mantener la estabilidad de precios mientras se preserva un mercado laboral fuerte es el objetivo central, pero lograr este equilibrio es una tarea compleja en un entorno económico global cambiante.

Jeff Schmid ha expresado la importancia de “dejar que los datos muestren hacia dónde nos dirigimos”, una afirmación que resuena con la visión más conservadora de quienes prefieren esperar antes de actuar. Schmid enfatiza que, aunque la inflación ha disminuido, hay que asegurar que esta tendencia sea sostenible antes de considerar recortes significativos en las tasas. Este enfoque destaca la dualidad de los retos que enfrenta la Fed: actuar demasiado pronto podría minar los avances en la lucha contra la inflación, mientras que esperar demasiado podría impactar negativamente el crecimiento económico y el empleo.

En este contexto, la reunión de la Reserva Federal del 17 y 18 de septiembre será un momento decisivo, y los datos del mercado laboral y la inflación serán fundamentales para determinar si la Fed decide reducir las tasas de interés o mantiene el curso actual por más tiempo. La presión sobre los banqueros centrales se intensifica no solo por las expectativas internas, sino también por la respuesta del Banco Central Europeo (BCE), que podría seguir un camino diferente, dado su contexto económico particular.

La decisión de la Fed sobre los recortes de tasas de interés es una cuestión de tiempo y prudencia, y aunque los indicadores actuales son prometedores, el futuro económico sigue siendo incierto. Lo que es claro es que la Fed deberá caminar por un campo minado para lograr el equilibrio entre mantener la estabilidad y apoyar el crecimiento, una tarea que requerirá una intensa coordinación entre los actores clave de la política monetaria global. /El Post