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Zoé Robledo obstaculiza el plan anticorrupción de Sheinbaum

03/10/2024

El anuncio de Claudia Sheinbaum sobre su programa anticorrupción se enfrenta a un gran obstáculo en el sector Salud. A pesar de la reciente llegada de Raquel Buenrostro a la Secretaría de la Función Pública, que será rebautizada como Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, las redes de tráfico de influencias profundamente arraigadas en dependencias como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) amenazan con obstruir los planes de la nueva administración. Al frente del instituto, la permanencia de Zoé Robledo se ha convertido en un punto crítico, ya que su gestión está bajo sospecha debido a la protección que estaría brindando a proveedores.

Dos casos documentados exponen la magnitud del problema y revelan las complicidades que podrían dificultar a la secretaria Buenrostro su programa anticorrupción: la red de complicidades en torno a Aldo Díaz Pérez, un empresario vinculado a contrataciones irregulares en el sector salud, y el caso de Médica Farma Arcar, una empresa señalada por prácticas corruptas en la distribución de medicamentos.

El empresario Aldo Díaz Pérez ha sabido tejer una compleja red de influencias en organismos clave como el IMSS. Díaz Pérez ha sido señalado por su vínculo con Matheo Pinzón Woloski, hijo de Hanna Woloski, asesora del Secretario de Salud, Jorge Alcocer. Pinzón Woloski trabajó en Birmex y más tarde fue colocado estratégicamente en el IMSS bajo la dirección de Zoé Robledo, lo que ha levantado sospechas de favoritismo y tráfico de influencias.

Pinzón Woloski, ingeniero químico del Tecnológico de Monterrey, fue señalado por utilizar información privilegiada para beneficiar a ciertos proveedores en la asignación de claves de medicamentos. Su salida de Birmex, tras un escándalo relacionado con un viaje personal a los Juegos Olímpicos en París, no fue impedimento para que Aldo Díaz lo colocara nuevamente en una posición estratégica en el IMSS. Esto refuerza la hipótesis de que Díaz, a través de prestanombres y más de 70 razones sociales, ha consolidado una red de empresas que lucran con contratos del sector salud.

Las empresas de Díaz, entre ellas Ethomedical, Arnold & Jelga, y Comercializadora Adelfa, han obtenido contratos millonarios mediante prácticas poco claras, aprovechando la fragmentación del sistema de compras del gobierno. La influencia que Díaz ejerce en el IMSS, bajo la dirección de Robledo, representa una amenaza directa para los planes anticorrupción de la nueva administración, ya que este tipo de redes continúan operando sin grandes obstáculos.

Otro caso emblemático que expone las vulnerabilidades del IMSS frente a las redes de corrupción es el de Médica Farma Arcar, una empresa de logística y comercialización de insumos para la salud, propiedad de Agustín Padilla y Araceli Villaseñor. Médica Farma Arcar ha logrado consolidar contratos multimillonarios con el IMSS y Birmex gracias a su relación con altos funcionarios del sector salud, incluyendo a Jorge de Anda García, coordinador de Control de Abasto del IMSS, y Eduardo Thomas Ulloa, titular de la Unidad de Administración del instituto.

Los señalamientos contra esta empresa incluyen un esquema de entrega múltiple de medicamentos, por el cual se inflaban las cifras de distribución sin realmente entregar los productos a las unidades médicas del IMSS. Este tipo de irregularidades no solo generan pérdidas millonarias para el sistema de salud, sino que también afectan directamente la atención médica a la población.

Médica Farma Arcar ha firmado contratos por más de 200 millones de pesos con el IMSS y otros 170 millones de pesos con Birmex, generando serias dudas sobre la transparencia en los procesos de licitación y adjudicación de contratos. La empresa ha logrado estas ganancias gracias a sus conexiones con funcionarios de alto nivel, entre los que destaca Horacio Salinas Alcocer, titular de la División de Apoyo Técnico y Consultivo del IMSS, quien ha sido señalado como un actor clave en la consolidación de estas redes.

Los expedientes abiertos que documentan el tráfico de influencias del empresario Aldo Díaz Pérez y Médica Farma Arcar, son solo dos ejemplos de las complejas redes de funcionarios públicos y proveedores que operan en el sector salud, específicamente en el IMSS, bajo la dirección de Zoé Robledo, quien ya pone en riesgo las nuevas políticas de transparencia y buen gobierno que busca instrumentar Claudia Sheinbaum a través de Raquel Buerostro./El Post