EDITORIAL: Un crimen contra la salud pública
Foto: Especial
EL POST 15/07/2024
La reciente revelación de El Post sobre la caducidad de millones de medicamentos y el abandono en almacenes de medicinas que no llegan a los usuarios de los hospitales públicos, es una muestra de la negligencia criminal con la que operan los directivos de las instituciones de Salud en México.
La estadística sobre el estatus de medicamentos, registrada por la Secretaría de la Función Pública en un documento fechado el 5 de junio de este año, describe una realidad alarmante: millones de piezas de medicamentos echándose a perder, un daño patrimonial de miles de millones de pesos y, lo más grave, una población que se queda sin los tratamientos que necesita para aliviar sus enfermedades.
La negligencia de los directivos del IMSS y el ISSSTE, principalmente, no es solo un fallo administrativo; es un crimen contra la salud pública. Las cifras son alarmantes en un país que no ha podido resolver el desabasto de medicamentos. En los almacenes del IMSS, más de 18 millones de piezas de medicamentos están abandonadas y más de 2 millones ya han caducado, resultando en una pérdida de 253 millones de pesos. El ISSSTE no está lejos de esta catástrofe con más de 6 millones de medicamentos abandonados y más de un millón de piezas caducas, representando una pérdida de 172 millones de pesos.
La inacción de las autoridades responsables es inaceptable. Zoé Robledo, director del IMSS, y Bertha Alcalde, directora del ISSSTE, han guardado un silencio sepulcral frente a estas acusaciones. Este mutismo no solo refleja un desprecio por la transparencia, sino que también es un claro indicador de la deficiente gestión y la corrupción endémica del sistema de salud.
Nuestro sistema de salud pública no puede seguir siendo rehén de la incompetencia y la corrupción que priva en clínicas, hospitales y almacenes del gobierno federal, por lo que la Secretaría de la Función Pública está obligada a ir más allá del registro de la negligencia e iniciar una investigación para deslindar responsabilidades.